A medida que el software lleva a los vehículos a nuevos niveles de seguridad, confort y comodidad, los desarrolladores necesitan ahora entornos de desarrollo de software mucho más modernos y capaces que los sistemas heredados.
En el pasado, el desarrollo de software seguía el rígido y lento método de "cascada" y utilizaba cadenas de herramientas muy fragmentadas. El desarrollo pasaba por fases discretas, y cada fase se completaba antes de comenzar la siguiente. Muchos de los procesos de desarrollo eran manuales, al igual que los traspasos de una parte de la cadena de herramientas a la siguiente. Con este enfoque, una nueva versión del software tardaba entre seis y ocho meses en aparecer.
Hoy en día, el software se está abstrayendo cada vez más del hardware en el mundo de la automoción, y los desarrolladores tienen la oportunidad de aprovechar ese cambio arquitectónico. Pueden utilizar los modernos métodos ágiles y de DevOps para actualizar el software según su propio calendario, de forma mucho más rápida y libre de vínculos con los cambios de hardware u otras actualizaciones físicas. Este enfoque proporciona niveles sin precedentes de velocidad, escalabilidad, calidad y seguridad.
"La transición del motor de combustión a los vehículos eléctricos (VE) habría bastado por sí sola para sacudir la industria, pero la innovación a través del software se ha convertido en un cambio de juego", publica el Boston Consulting Group (BCG). "En medio de este cambio sin precedentes en la industria de la movilidad, los fabricantes de automóviles necesitan acelerar la velocidad de comercialización y ser mucho más receptivos a las exigencias de los clientes. (...) Las empresas que continúen trabajando de forma tradicional no conseguirán el cambio necesario para competir en este nuevo entorno". Según el BCG, la agilidad ofrece muchas ventajas, como la velocidad de comercialización, la reducción del riesgo y la mejora de los productos.
En la integración continua (IC), el trabajo de creación de software se automatiza, y todos los pasos de la producción de software se incluyen en una "cadena de IC", ya que el resultado de una parte se convierte en la entrada de la siguiente. El despliegue continuo (CD) es el despliegue automatizado de nuevas versiones de software sobre el terreno. El CI/CD -así como las pruebas continuas (CT)- ya son posibles en la automoción, pero las pruebas de aplicaciones nuevas y avanzadas presentan un problema único en la industria del automóvil, porque las pruebas deben realizarse en un vehículo físico o en una simulación compleja en un banco de pruebas. Por ejemplo, imaginemos la complejidad de probar un software que analiza la información procedente de varios radares y cámaras para ejecutar de forma autónoma una maniobra como adelantar a un coche más lento en la autopista o recorrer un entorno urbano complejo con vehículos, peatones y otros obstáculos.
El enfoque ideal elimina los cuellos de botella en los procesos de desarrollo y prueba mediante una plataforma centralizada basada en la nube que permite a los desarrolladores ejecutar cualquier prueba en bancos de pruebas relacionados situados en cualquier centro de pruebas del mundo. Las pruebas pueden poner el software en el bucle (SIL), el hardware en el bucle (HIL) o incluso el vehículo en el bucle (VIL) para realizar pruebas cada vez más realistas. Este enfoque permite alcanzar la escala necesaria para afrontar los retos más difíciles de hoy en día, utilizando recursos globales.
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